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Carissa: una marca que nace para acompañar
3 de julio de 2025
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Crear una marca es, muchas veces, como asistir a un nacimiento. Y Carissa no fue la excepción. No solo porque se trata de un centro dedicado a la maternidad, la salud y el bienestar, sino porque desde el inicio supimos que esta marca tenía que latir. Respirar. Conectar.
Un lugar para volver a ti
Carissa nace como un espacio único en Málaga que acompaña a las mujeres en etapas tan transformadoras como el embarazo, el postparto o la reconexión con su cuerpo. Un lugar donde la tecnología médica más avanzada convive con un trato profundamente humano y emocional. Ecografías 5D, fisioterapia especializada, recuperación postparto con tecnología HIFEM, cuidados del suelo pélvico… pero también escucha, calma y una red que abraza.
Por eso, el reto de construir su identidad no era crear una marca “bonita”, sino una que acompañara de verdad. Una que reflejara esa delicada mezcla entre salud, emoción y belleza.
Naming: encontrar un nombre que sintiera
El nombre Carissa llegó como llegan las cosas que tienen sentido: de forma serena, firme y clara. No buscábamos describir servicios, ni sonar clínicos, ni caer en lugares comunes. Queríamos encontrar un nombre que tocara el centro emocional de quien lo lee o lo escucha. Un nombre cálido, cercano, capaz de evocar vida, ternura, luz… y también energía, profesionalidad, alegría.
Carissa es redondo, armonioso, fácil de recordar y de pronunciar. Tiene musicalidad, pero también raíz. No define, pero sugiere. Y eso lo hace poderoso.
Lo acompaña un claim que funciona como brújula de marca: “Conexión maternidad, salud y belleza”. Tres pilares que reflejan no solo los servicios del centro, sino la promesa de su experiencia: sentirte bien, acompañada y fuerte en cada etapa.
Una identidad que abraza colores y emociones
Visualmente, la marca se construye desde una paleta que transmite vida sin caer en tópicos. El azul es el protagonista: sereno, confiable, protector. Pero está rodeado por una gama que equilibra y energiza: burdeos profundo, rosa empático, amarillo alegre y naranja vital. Juntos, estos colores permiten adaptar la marca a sus tres áreas (maternidad, salud y belleza) sin fragmentarla, manteniendo una coherencia viva, emocional y versátil.
Una marca que se siente
Más allá del color y del tono, hay una intención profunda en cada trazo. Las formas que envuelven la identidad visual evocan la placenta: ese primer refugio, esa red vital que nutre y protege. Y el lettering continuo, sin cortes, simula un cordón umbilical gráfico, una línea que une, que fluye, que conecta. No hay interrupciones, como tampoco las hay en el vínculo que se forma entre madre y bebé. Todo está pensado para transmitir esa sensación de contención, de origen, de vínculo esencial.
Diseñar Carissa fue mucho más que diseñar un logo. Fue crear un lenguaje visual, verbal y emocional que pudiera acoger. Que pudiera hablarle a una madre primeriza, a una mujer que se recupera, a una profesional de la salud… y que todas sintieran que ese espacio también era para ellas.
Porque cuando una marca nace desde el cuidado, se convierte en algo más que un nombre o una identidad: se convierte en una experiencia que deja huella.
