Vas por ahí, ves algo por el rabillo del ojo, lo recuerdas al llegar a casa y eso te lleva a una idea, o a material para un proyecto, o a mirar un concepto de otra forma. Esto va sobre la invasión aleatoria de la cultura en el diseño y cómo eso nos inspira.
HablemosCazalla de la Sierra, Sevilla, 1929 – Málaga, 2003
Entre 1963 y 1964 la obra de Manuel Barbadillo comienza a mostrar las características modulares que de forma natural le conducirán en 1968 a conocer (en el recién inaugurado Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid) el ordenador como instrumento de creación artística, convirtiéndose en unos de los pioneros del arte asistido por ordenador a nivel mundial.
Fue miembro fundador del Grupo Nueva Generación de Madrid, del Colectivo Palmo de Málaga y de los Seminarios Arte y Ordenador del Centro de Cálculo de la Universidad de Madrid.
En 2001 se celebra en Málaga un homenaje a su trayectoria artística. Entre sus escritos destaca especialmente Tambores y computadoras (1982).
(periodo 1968 – 1969)
Acrílico sobre lienzo. 1,20×1,20 m.
S/F
Araina (obra donada por el artista a los fondos de la Fundación Picasso) pertenece a su periodo entre 1968 y 1979; donde aparecen obras modulares delimitadas por sinuosas de inflexión múltiple, como consecuencia del encuentro con el ordenador que le permite realizar investigaciones compositivas en torno a las relaciones rítmicas entre ellos. La naturaleza binaria de la forma, el significado simbólico, el automatismo y la retro alimentación de los módulos, la combinación bicromática (negro y blanco), la relación positivo-negativa, además de una destacada intuición, convierten a la obra en un claro ejemplo de arte cibernético.
Manuel Barbadillo definía así el concepto dual de pintura y del arte:
«mi pintura, y el arte en general, es la manifestación de una creencia sobre el mundo, es una visión del mundo y yo lo veo como un sistema binario, en el que cada cosa tiene su contrario.»
“Pasado y presente en el patrimonio artístico municipal, 1881-2001: Museo Municipal de Málaga, octubre-noviembre 2001”. Málaga: Ayuntamiento, 2001, p. 117