Nos gusta ir con todo, pero todo de verdad: nuestros proyectos, conceptos con los que trabajamos, iniciativas propias, entorno local, identidad territorial… Aquí vaciamos nuestras mentes. Pasen y lean.
HablemosEsto va de cómo Andy Warhol vaticinó que muchos morirían en el intento (algunos con mejores resultados que otros) de conquistar los quince minutos de fama que toda persona se presupone que merece. Incluso algunos y algunas siguen ahí erre que erre repitiéndose el mantra americano a toda costa en cualquier red social. Pero voy a ser sincera, que me voy por las ramas y lo del famoseo igual es una excusa. Este texto no va de un análisis sociológico sobre la instantaneidad superficial actual (aunque igual retomo este tema más tarde*) pero sí del significado de marca personal y del reconocimiento.
Volvamos a Andy Warhol, a su marca y a su famosa frase (lo más curioso es que igual no es ni suya su total autoría¹):
“En el futuro, todos serán mundialmente famosos por 15 minutos”.
Pero pongamos esta afirmación en contexto. Todo arte encarna el espíritu de su época, y el de Andy Warhol eran los años sesenta y el pop art, la corriente artística que lo encumbró mundialmente. Época donde comenzó a reinar una importante obsesión: el consumo, incitado por las prácticas publicitarias que ejercían de gran mesías. Consumo de bienes banales, productos en serie, pero también ideales, personalidades e iconos. El pop art aceptaba y exploraba el materialismo y la cultura consumista para romper con la alta cultura elitista y snob (que muchos veían en el expresionismo abstracto), se creó arte desde la propia cultura popular.
No podemos negar que Andy Warhol entendió mejor que nadie el poder de la autopromoción, pero para nada es una exclusividad suya. Solo hay que rascar un poco en los libros de historia (el ser humano es más inmutable de lo que parece). La habilidad de autopromoción y politiqueo en el artista era y seguirá siendo un activo importante. En el Renacimiento, Brunelleschi para ganar el proyecto de la cúpula de Florencia llegó a crear una campaña donde se postulaba como el mejor candidato e incluso se trasladó a Roma para generar un halo de misterio y exclusividad (cuanto me suena esto a los centros y periferias que aún seguimos sufriendo en cualquier profesión creativa).
Pero, ¿cuáles eran las intenciones reales de Warhol? En sus expresiones artísticas, ¿cuánto había de marca personal, de branding? ¿a quién conocemos, a la persona o al personaje? La mejor obra de Andy Warhol es Andy Warhol. Su intención era clara y la manifestaba abiertamente: “voy a crear una imagen tan potente que no puedas llegar a mí. Voy a disfrazarme. Voy a crear algo²”
Su arte era él. Modeló su marca personal con unas claras intenciones artísticas, se trabajó un exterior para trabajar libremente tras la máscara. Un verdadero diseño de sí mismo. Y no hay duda de que sabía muy bien lo que hacía. Cuando era entrevistado, un clásico recurrente era preguntarle sobre su persona (orientación sexual, ideales, sentimientos…) y él siempre respondía que sobre él no tenía nada que decir. Estaba claro que quien hablaba era su personaje, y sobre este se configuró un gran plan de branding que sigue alimentado la caja registradora hoy en nuestros días.
“Promocionaré con mi nombre cualquiera de las siguientes cosas: ropa, cigarrillos, cintas, equipos de sonido, discos de rock and roll, cualquier cosa, películas y equipos cinematográficos, comida, helio, látigos, ¡dinero! Besos.” Andy Warhol.
“Warhol no hizo distinciones entre arte y comercio, rompió las barreras y nosotros nos identificamos con ese legado”, “Él pensaba en sí mismo como una marca y lo que hacemos está en línea con ello”. Michael Hermann. Director de las licencias comerciales de la Fundación Andy Warhol.
Ilustrador publicitario, artista gráfico, pintor, decorador, cineasta, productor, e incluso modelo. Una persona polifacética, un diamante con distintas aristas y de cada una de ellas explotaba la visión comercial. Su particular visión de la sociedad de consumo hacía que entendiese a las mil maravillas el código simbólico de las marcas y lo que estas representaban en las personas, la pertenencia que podían generar como iconos de la sociedad, incluida la suya propia.
Resumamos en términos de branding los logros de Warhol: consiguió que su trabajo fuese más que valorado, esto es reconocimiento de marca; con su obra artística en serie, repetitiva, y mecanizada consiguió memorabilidad y fiabilidad de marca; además se convirtió en una figura icónica (un producto), un logo (identidad de marca) y quién no reconoce su obra (notoriedad de marca). Por estos motivos, y por muchos más, si hay una persona que pueda ser considerada como ejemplo de gestión de marca personal este es Andy Warhol. Está claro: la mejor obra de Andy Warhol es la marca de Andy Warhol.
* Ser famoso se ha vuelto importante, uno no es alguien por lo que realmente es, sino por el reconocimiento de los demás, nuestra imagen de marca. Y lo asombroso es que debido a la tecnología y a las redes sociales nos creemos que podemos ser famosos cada 15 minutos (yo no sé tú, pero esto tiene bastante de angustia existencial).
¹ El fotógrafo Nat Finkelstein señala que él fue quien creó esta expresión, diciendo que él estaba fotografiando a Warhol en 1966 para un libro que le había propuesto. Una multitud que se dio cita en el lugar intentaba retratarse en las fotografías y Warhol supuestamente remarcó el hecho de que todo mundo quería ser famoso, a lo cual Finkelstein replicó, “¡Claro Andy!, por quince minutos” Wikipedia.
² Los diarios de Andy Warhol. Serie, Netflix. 2022.