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Vas por ahí, ves algo por el rabillo del ojo, lo recuerdas al llegar a casa y eso te lleva a una idea, o a material para un proyecto, o a mirar un concepto de otra forma. Esto va sobre la invasión aleatoria de la cultura en el diseño y cómo eso nos inspira.

Hablemos
zoltara medios

Zoltara como personaje de ficción en distintos medios

— Por Marga

Zoltara en una obra de teatro

Si quisiéramos ‘vender’ la idea de Zoltara en una obra de teatro, podríamos hacerlo, por ejemplo, a través de un monólogo grandilocuente que rozara el absurdo.

Con ojos brillantes, y sosteniendo su bola, se acerca al proscenio. La frota enérgicamente y la deja caer sobre el escenario.

ZOLTARA
(compungida)
Todo va a seguir igual (suspira). Es así.
No importa lo que planees hacer con ese tiempo que
pensabas invertir hoy en tus cosas. Porque tu cliente,
sí, ese que te aseguró que ya estaba bien de
stories por hoy, va a decidir, justo cuando estés saliendo
por la puerta de tu casa, que te necesita para una cosita rápida.
(Señala a alguien de la primera fila)
No me digas que no te lo dije.

CLIENTE
(Con voz nasal) Como mucho
van a ser dos o tres minutos.

ZOLTARA se aleja hacia el fondo del escenario. Un foco cenital le sigue la pista. Cuando ha llegado al final, se da la vuelta y mira al público con ojos muy brillantes que dicen ‘ya te lo dije’ sin decir nada. El escenario se queda, de repente, totalmente a oscuras.

TELÓN.

Zoltara en un cortometraje

Si quisiéramos contar la historia de Zoltara en un corto, por ejemplo, la cosa sería un poco diferente. Porque si bien en teatro contamos con la proximidad del público, y las acciones se apoyan muchísimo en el texto, en cine y en la televisión pasa lo contrario: lo que se hace es tanto o más importante que lo que se dice. A saber:

1. INT. SALÓN CASA DE TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA. TARDE.

TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA (35)
(Escribe frenéticamente)
Ya casi lo tengo.

Vemos quince pestañas abiertas en la pantalla del portátil de la trabajadora, a quién están llegándole a la vez tres correos, dos audios de instagram, y se le acaba de terminar de exportar un vídeo que llevaba, según el contador, 10 horas bajándose.

TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA
(se seca el sudor)
Dame un segun… ¡Ya!
(cierra el portátil de golpe).

NOVIO DE LA TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA (25)
(En la puerta, con el perro,
ya desesperado, tirando de él)
¿Seguro? Acuérdate de lo que
ha predicho Zoltara esta mañana (ríe).

2. FLASHBACK. COCINA CASA DE TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA. MAÑANA.

Con los ojos pegados, la trabajadora chequea su móvil mientras hace café. Suena la cafetera y la trabajadora comienza a verterlo en la taza mientras lee la predicción de Zoltara. Se queda tan ensimismada que la taza se desborda y se quema con el café.

TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA
¡JODER!

Al oírla, el perro de la trabajadora, que sabe muy bien que no se avecina nada bueno, se va de la cocina, donde estaba cómodamente tumbado al sol, con el rabo entre las piernas. Frustrada, la trabajadora deja el móvil sobre la mesa y comienza a limpiarlo todo. Leemos lo siguiente en la predicción:

ZOLTARA (PANTALLA)
¿Recuerdas ese proyecto que nunca iba a salir?
Pues te van a decir que lo saques hoy, con prisas,
algo que te pilla en agobios porque solo
preparaste la prueba. Se vienen cadenas
de emails de «Pero, y esto, ¿por qué
no lo hemos sacado aún?»

3. INT. SALÓN CASA DE TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA. TARDE.

TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA
¡ZOLTARA, NI ZOLTARO!
(Se levanta, se estira,
y coge su abrigo)
¡Mira que creerte
esas gilipolleces!

NOVIO DE LA TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA
Tampoco sería la primera
vez que acierta,
¡pero en fin!
¡CALLE, POR FIN!

Trabajadora, novio y perro bajan en el ascensor. Ahora es la trabajadora la que lleva la correa. Cuando por fin están a punto de salir al portal, el perro tira frenéticamente de la trabajadora. Está viendo que, por fin, se va a cumplir su sueño de hacer pipí en paz. Suena el teléfono de la trabajadora y esta para en seco. Perro y novio miran, con terror, como esta contesta sin vacilar. El perro se hace pipí en el portal.

4. INT. SALÓN CASA DE TRABAJADORA DE SOCIAL MEDIA. NOCHE.

Con los ojos llorosos, la trabajadora de Social Media sigue peleando con su cliente por teléfono, mientras teclea, abre fotos, hace copia y pega de lo que va escribiendo y postea copys en el instagram del cliente. Vemos que no se ha quitado ni el abrigo.

Suena el timbre. Es la cena para llevar que, resignado, ha pedido el novio de la trabajadora. Sin mediar palabra, abre la caja de pizza, corta una porción y se la mete en la boca a su novia, que no acierta ni a mirarlo para darle las gracias. Suspirando, se sienta a ver la tele con el resto de la pizza.

En una esquina del salón, el perro mira al suelo con cara de pena. El novio de la trabajadora le tira un juguete, y éste lo coge, con desgana. Es un peluche de Zoltara.

Sobre la mesa, junto al ordenador, vemos el móvil de la trabajadora de Social Media. En colores muy brillantes aparece Zoltara.

ZOLTARA (PANTALLA)
TE LO DIJE.

FUNDIDO A NEGRO.

Zoltara en una novela

¿Y si quisiéramos hablar de Zoltara en una novela? Pues ahí tiraríamos, sobre todo, de lenguaje descriptivo, a saber:

Sin dejar de mirar su bola de cristal, Zoltara se estremeció. Las cosas no pintaban bien. ¿Cómo podría decírselo a la trabajadora sin hundirla? Taciturna, se levantó a por un café. Necesitaba despejarse para encontrar la manera de capear la situación.

Mientras veía cómo las gotas de café se estrellaban contra la jarra de cristal, Zoltara pensó en el día de su nacimiento. Lo recordaba perfectamente. El alarido de su madre cuando vio su frondoso bigote; el rechazo de su padre cuando observó que su boca no era humana; el pavor silencioso de la enfermera cuando le dio las gracias por cortarle el cordón umbilical…

Y es que, desde el momento de su concepción, Zoltara, que no era ni hombre ni mujer, sino todo lo contrario, tuvo un único objetivo en la vida: predecir la realidad de mierda de los profesionales de las redes sociales.

FIN.

Et voilà! Aquí tenéis tres ejemplos sui generis de adaptación de contenido al medio. Y aunque, obviamente, lo hemos exagerado todo un poquito (hay que ver, que parecemos andaluces), la tesis de que el mensaje no se puede transmitir de igual forma en todos los medios, se sostiene, ¿a que sí? 🙂

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